ciberseximo: mujeres políticas atacadas en línea

Los ataques a mujeres en línea son muy comunes, más aún si ellas ejercen una función política pública. Lo que nos están tratando de decir con esto es: que las mujeres no deberíamos ocupar un espacio público, tanto en la política como en la Internet. Los ataques más frecuentes que vimos a mujeres políticas en este 2020 son la: difusión de imágenes íntimas sin consentimiento (DIISC), acoso, amenazas de violencia sexual y violencia sociopsicológico.

Difusión de imágenes íntimas sin consentimiento

Se despliegan estrategias para dañar la reputación y denigrar sus habilidades como funcionarias públicas, pero sobre todo invaden la vida personal y las juzgan por sus actividades en un espacio privado.

Esto estresa nuestra agencia en espacios digitales y denigra una práctica tan sana como es el ejercicio de nuestra sexualidad mediante el sexteo o compartir imágenes íntimas que fueron publicadas sin nuestro consentimiento rompiendo nuestra confianza hacia el otro.

Hemos visto estas estrategias realizadas por grupos que se organizan y apropian de apps de mensajería como Telegram para facilitar el envío de estas imágenes, reclutar a otros machitrolles (trolles machistas) y a atacar de manera ordenada y sistemática a las mujeres.

Nuestras estrategias reactivas se basan mucho en la denuncia. Las denuncias, son nuestra única opción de interacción con las empresas de redes sociales, que tienen respuestas automatizadas, un proceso que puede llegar a ser muy frustrante.  Y de qué nos sirve hacer denuncias? si despues la plataforma te responde así…

Gracias por tu reporte, hiciste lo correcto al informarnos sobre esto. Revisamos la publicación y, aunque no infringe ninguna de nuestras Normas comunitarias específicas, entendemos que aun así puede ser ofensiva para ti y otras personas. Nadie debería tener que ver publicaciones que considere ofensivas en Facebook, así que queremos ayudarte a evitar contenido como este en el futuro.

Gracias por nada Faicbuk.

Ultimadamente, la respuesta de Facebook ha las denuncias es “No pueda responder rápido porque tienen muy poco personal destinada a esta área porque están trabajando contra la desinformación por el COVID-19. Pero, ahora cuando hay más gente conectada por la pandemia y los riesgos se incrementan es cuando más necesitamos de respuestas oportunas.

Otro proceso frustrante es la denuncia con el Estado, que por suerte las mujeres políticas tienen 4 vías de denuncia de violencia política, y que por otro las ciudadanas deben hacer las denuncias a la FELCV. Nuestras leyes no son tan punitivias hacia los delitos digitales como lo son con otros delitos que dañan de la misma manera ya que las violencias digitales y en la vida física están interrelacionadas. Vale la pena mencionar que tampoco creemos en el sistema judicial como un ente para la justicia.

Las leyes no garantizan acceso a la justicia, como los algoritmos no mejoran nuestra experiencia en plataformas. Nos violentan.

Si se quiere regular algo, habrá que empezar por regular la maquinaria que permite que estas violencias se amplifiquen y tomen fuerza en una guerra de odio contra la mujer.

Por ahora lo que se puede pedir es que:

  • las redes sociales tengan procesos transparentes del manejo de denuncias y dar respuestas efectivas a la violencia digital, ya que muchas veces estas no son enteramente efectivas u oportunas.
  • los Estados tienen la obligación de reconocer que la violencia digital es una afectación a los Derechos Humanos.
  • la sociedad civil puede exigir y participar en debates públicos entre Estado y empresas tecnológicas para aportar sus necesidades sobre lo que se necesita regular, sino van a ser estos grupos los que decidan por nosotras.
Nosotras no somos el problema
La tecnología tiene un problema

ciberfeminicidio: reflexiones desde el ciberfeminismo boliviano

a quemarlo todoLas violencias hacia la mujer en Bolivia son vastas, contamos los 27 feminicidios en lo que va del año 2020, todas las agresiones físicas y verbales en la calle, cama, trabajo, universidad, y a eso ahora le sumamos las violencias a las que nos exponemos cuando habitamos la Internet.

Durante el 2019, como colectivo SOS Digital hemos acompañado a mujeres en aspectos variados de seguridad digital y documentado sus casos de violencia. Son más de 200 mujeres en La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz que nos contaron sus luchas, miedos y deseos. Hemos presenciado estos ataques que tienen consecuencias económicas y sociales.

Hemos aprendido, a través de las experiencias de estas mujeres, que los ataques personales, coordinados y planificados en un intento de censurar, amedrentar y atacar a otras libertades como acceso a información y privacidad. Quienes las atacan lo hacen mediante intentos de hackeo, amenazas, discurso de odio, publicación de información personal e infiltraciones para aplicar ingeniería social. Las víctimas, más atacadas, son mujeres de perfil público: académicas, artistas, anarquistas, periodistas, aborteras, activistas, mujeres que se defienden y escriben desde las zonas de conflicto y, por supuesto, ciberfeministas.

Nuestras expresiones en Internet son un reflejo de quienes somos y eso molesta a algunas personas. Nuestras rebeldías, denuncias, arte y cuerpo hacen que quieran atacarnos, porque tenemos una voz, potente y viralizable. Nuestra manera de interactuar en línea se ha vuelto un espacio más de lucha, expuestas a violencias normalizadas e invisibilizadas gracias a las grandes empresas de tecnología

La representación en línea de nuestro ser ha tomado forma del perfil de Facebook, de la página de una organización, de un post en Instagram, etc. Estos son una interfaz de nosotras.os.es en un nuevo espacio, componen nuestras identidades digitales que son la representacion de quienes somos en la Internet. Aquí, ya no somos sólo consumidoras de contenido sino productoras, armadas de nuevas herramientas tech para la lucha.

Así como tenemos una identidad en Internet tenemos un vínculo físico que nos une a ella: los dispositivos (celulares, laptops, tablets, etc.). Es el contacto entre cuerpo y hardware, entre sujeto y objeto. Un vínculo dado por sentado pero hecho realidad cuando sentimos angustia al no encontrar el celular, casi replicable a cuando nos sentimos en peligro. Somos un cuerpo compuesto.

Desde estas reflexiones es que entendemos la relación con la Internet y tecnología como mujeres. Es por eso que al presenciar el silencio ante ataques: de hackeo, amenazas a la integridad física y publicación de información privada y otras queremos darle nombre a estas violencias. Estas agresiones que se replican ahora en la Internet, un espacio de supuesta libertad, alegría y creación y no toleraremos esto.

Así como la violencia machista acalla nuestra voz al matarnos, los ataques en Internet, destruyen nuestro ser digital y nos llevan abandonarlo conviertiendose en un ciberfeminicidio. Son ataques, dirigidos a la mujer y sus organizaciones,  organizados y coordinados para lograr la censura y restricción de su identidad y participación digital.

De igual manera, así como la relación no consentida que abusa nuestra intimidad y el derecho a decidir, la distribución de imagenes intimas, es una violación digital. Esto es un asalto a la intimidad al publicar material sexual sin consentimiento, o incluso una manera de hackeo ya que ingresa a nuestros perfiles de manera forzada y sin consentimiento.

Habitar la Internet, como mujeres, es un derecho así como lo es circular libremente y seguras en las calles, pero hoy vivimos una situación en la que solo abrir un mensaje de una persona desconocida, puede implicar violencias que obliguen a más mujeres a tener que abandonar el espacio virtual. .

SOS Digital